La Adicción Al Sexo desde el 2010 ya es una enfermedad reconocida por la
literatura científica. La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales (DSM 5), la 'biblia' de la Psiquiatría mundial, ha
incluido por primera vez en sus páginas la adicción al sexo, a la que denomina
clínicamente como trastorno de la hipersexualidad, y da las claves para
identificarla.
Un reconocimiento que llevaban mucho tiempo esperando
los afectados por este problema -aproximadamente un 6% de la población, según
la cifra que manejan los sexólogos- que saben desde hace años que su adicción
no es un invento, que la vergüenza que se dan a sí mismos por la búsqueda
insaciable de placer, de tratar de satisfacer rápidamente sus continuos
deseos a través de una conducta reprochable ante los ojos de la mayoría y los
suyos propios, no es algo imaginario.
Lo que establece el manual psiquiátrico es que
"se trata de un trastorno obsesivo compulsivo. Quienes lo padecen no
pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos"
Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la
capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus
relaciones personales y laborales, es una patología. En este caso la obsesión
se canaliza a través del sexo de forma tan intensa que el propio afectado es
consciente de que tiene un problema".
Esta definición de la hipersexualidad da la razón al
doctor Patrick Carnes, uno de los mayores defensores de la adicción sexual como
problema, que siempre ha mantenido que "al igual que un alcohólico es
incapaz de dejar de beber, estas personas son incapaces de parar su
comportamiento sexual autodestructivo".
Carnes afirma que "los sexo adictos pueden
provenir de todas las clases sociales. Afecta tanto a políticos y empresarios
como a los trabajadores de una fábrica".
"Esta adicción interfiere en la vida normal y
perjudica las relaciones personales"
Y no es algo solamente masculino. "También se
da en las mujeres y acuden a consulta por ello, aunque en menor proporción
que los varones".
"Se trata de uno de los trastornos
psiquiátricos más serios pero más olvidados", recoge el manual de
referencia. Hace 200 años que la literatura médica habla de casos de
sexoadictos. "Esto ha existido siempre, lo que ocurre es que hoy en día hay
menos tabú al respecto".
Las consecuencias negativas de este
trastorno suelen ser muchas.
En un estudio realizado con 207 personas con
adicción al sexo,
el 17% había perdido su trabajo,
el 39% había sufrido la ruptura de una relación,
el 28% contrajo una enfermedad de transmisión sexual y en
el 78% de las personas su adicción interfería con el mantenimiento de una relación sexual saludable.
el 17% había perdido su trabajo,
el 39% había sufrido la ruptura de una relación,
el 28% contrajo una enfermedad de transmisión sexual y en
el 78% de las personas su adicción interfería con el mantenimiento de una relación sexual saludable.
El 54% dijo que su conducta sexual
comenzó a ser un problema antes de los 18 años de edad y un 30% dijo que empezó
a ser problemática entre los 18 y los 25 años de edad.
La adicción al sexo parece ser un
trastorno que aparece en la adolescencia y al principio de la edad adulta. Dado
que la adicción al sexo suele ser el modo que una persona ha aprendido para
afrontar el dolor emocional, es lógico que aparezca a estas edades, puesto que
las personas más mayores ya han aprendido otras formas (sanas o no) de hacer
frente al estrés y el malestar emocional.
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