La Adicción al sexo es todavía un tabú, porque para muchos esto les parece cuestión de broma y risa sobre
todo porque la promiscuidad excesiva es alabada en los hombres, y aceptada en una sociedad machista.
A diferencia de las personas
"normales" que utilizan el amor y el sexo para satisfacer necesidades
normales, el que cae en la adicción al sexo
hace uso de actividades sexuales incluso de alto riesgo con el afán de disminuir
el sufrimiento que produce los problemas en otras áreas de la vida.
La diferencia entre los adictos
al sexo y los seres humanos “normales” radica en que han perdido el control y no saben cómo parar.
Incluso llegan a sacrificar la intimidad y la autenticidad emocional en las
relaciones con los demás y mientras la soledad y la ansiedad aumentan. La
pérdida de control sobre las actividades sexuales produce consecuencias cada
vez más serias.
Un adicto al sexo reconoce - Sacrificamos
familia, nuestros propios valores, amigos, dinero, trabajo, paz y amor por un
paliativo al igual que lo haría un alcohólico con el trago o un adicto a las
drogas. Estamos fuera de control, pero ni las consecuencias como la baja
autoestima, pérdida de interés en asuntos no sexuales, las dificultades en el
trabajo, la pérdida de relaciones, el arresto, el irrespeto, que nuestra
familia se entere, encarcelamiento, desesperación, enfermedades de transmisión sexual y una posible muerte no
nos detienen.
Dicen que el fin último de todo adicto es una “muerte física” porque es susceptible de contraer infecciones de transmisión sexual, además una muerte moral, porque llega a violaciones, pagar por sexo a mujeres que han sido llevadas a la prostitución por el mecanismo de trata de personas, a conseguir placer transmitiendo infecciones de transmisión sexual, al ser irresponsables en cuanto al reconocimiento de paternidad, causan que varias mujeres tengan que realizarse un aborto ( Que es prácticamente un asesinato). El adicto al sexo mata, y se mata a si mismo porque poco a poco va muriendo espiritualmente.
Dicen que el fin último de todo adicto es una “muerte física” porque es susceptible de contraer infecciones de transmisión sexual, además una muerte moral, porque llega a violaciones, pagar por sexo a mujeres que han sido llevadas a la prostitución por el mecanismo de trata de personas, a conseguir placer transmitiendo infecciones de transmisión sexual, al ser irresponsables en cuanto al reconocimiento de paternidad, causan que varias mujeres tengan que realizarse un aborto ( Que es prácticamente un asesinato). El adicto al sexo mata, y se mata a si mismo porque poco a poco va muriendo espiritualmente.
La adicción al sexo incluye
una gran variedad de prácticas[1]. Algunas veces el adicto tiene problemas con
una sola conducta indeseable, algunas veces varias. La anorexia sexual (evitar la sexualidad de
una manera compulsiva), la masturbación compulsiva, las relaciones con
múltiples parejas, encuentros con
personas desconocidas (sexo anónimo), la pornografía, prostitución, líneas
eróticas, cibersexo, la lujuria incontrolable,
las llamadas con lenguaje fuerte, los tocamientos inapropiados en sitios
públicos (frouterismo), el vouyerismo, el exhibicionismo, el
sadomasoquismo, el abuso a menores,
el incesto y , la transmisión de
infecciones sexuales a sabiendas de que las tienen, haber cometido actos
considerados perversos, la violación pueden ser manifestaciones de esta
enfermedad.
La adicción mental a la
lujuria es un viaje que nos lleva al
interior de la ceguera, que nos separa de la realidad y nos conduce directo a
la muerte.
La esencia de toda
adicción es la experiencia de impotencia del adicto ante el comportamiento
sexual compulsivo, resultando que su vida se vuelva ingobernable. El adicto
esta fuera de control y experimenta gran vergüenza, dolor, y aborrecimiento de
sí mismo. El adicto puede desear de actuar compulsivamente, haciendo promesas y
muchos intentos por detenerse, aun así vuelve fallar en su intento. La
ingobernabilidad en la vida del adicto
puede verse en las consecuencias que sufre: Baja autoestima, pérdida de interés en
asuntos no sexuales, dificultades en el trabajo, problemas financieros, pérdida
de relaciones, arresto, problemas legales, encarcelamiento, desesperación,
enfermedades, infecciones de transmisión sexual y muerte.
La preocupación sexual
consume grandes cantidades de energía. Conforme a esto aumenta para el adicto
al sexo, se establece un patrón de conducta (o ritual), el cual usualmente lo lleva
a actuar compulsivamente (para algunos esto es coquetear, mirar pornografía, relaciones promiscuas o manejar por un
parque). Cuando el comportamiento sexual compulsivo sucede, se presenta una
negación de los sentimientos, normalmente seguida por desesperación y vergüenza
o un sentimiento de desesperanza y confusión.
La adicción al sexo es una de las adicciones más negadas en nuestra cultura. Al tabú que, todavía hoy, impregna al sexo, se une la vergüenza por las conductas que se llevan a cabo para obtener "la sustancia", en este caso, sexo.
Aunque no podemos hablar de un
perfil claro del adicto al sexo, sí es cierto que la mayoría de sexo-adictos
son hombres, con una edad comprendida entre los 20 y los 40 años.
Este problema y todos los tipos de
“adicciones” que existen, tienen como factor común la
dependencia hacia una sustancia o situación que genera placer y satisface
una necesidad
La adicción al sexo es una enfermedad
progresiva, que no puede desparecer, pero se puede controlar.
La Adicción al Sexo.
La Adicción al Sexo.
Estimado Francisco Guayasamin
ResponderEliminarMe alegra y agrada saber de esta ayuda a quienes por las razones que bien exponen resbalamos y hasta nos perdemos por esas vías que algunas personas de antaño motivaron castigos repeliendo como casi ahora en los países del medio oriente vemos.
Bien, yo soy claro uno de ellos, solo que seguiré si me lo permiten en la sombra porque además de ser mayor con 62 años, vivo una etapa de Terminal VIH que claro no se busca en este mundo pero si, cuánto quisiera advertir para que otros no resbalen como yo. No me asusta morir, no me administra vergüenza cruzar este túnel, y tampoco me duele haber conocido semejante reto hasta morir. Pero si anhelo ser útil a los chicos ojala con un diálogo de respeto y a tiempo para evitarles y no solo darles miedo del problema que significa que nuestra libido sea tan agresiva consigo mismo y solo cuento que ahora…, algo sucedió que mi libido justo quedó congelada al punto que no hago esfuerzo por buscar placer y menos por ninguna razón contagiar a ningún semejante.
Alabo vuestra existencia y permítanme ser tal cuál me presento y si existiera alguien con quién escribirme aún sin conocernos, podré con agrado y repito con mucho respeto, ofrecer todo mi contingente a hacer comprender.
No dejen por favor de hacer notar, que además somos víctimas de la depredación sexual al que nuestros padres o mayores nos exponen en su ignorancia de crecer, ha de hacer falta mucha comunicación y formales clases de cuidado para que levantemos la hipocresía que desde nuestros mayores siempre se ha dado. Los curas y sus abusos aquí aun no se dice nada…., pero ha sucedido y sucede aún.
Un abrazo sincero
Atte
Jose
Sr. Francisco Guayasamin.
ResponderEliminarRevisando en la red, varios tópicos, entre ellos el de la sexoadicción, inesperadamente visité ciertos contextos de los cuales Usted era protagónico, me he quedado sorprendido por el panorama, la forma, contenido y enfoque de lo tratado.
Francisco, usted es un hombre especial, brillante y de una cultura que brota y se videncia en todo lo que escribe, su actitud y lectura del apasionante tema de la homosexualidad, su "transgresión" ante las posturas hipócritas, simplemente estupenda.
Sería un honor ser su amigo.
Saludos afectuosos.
César.
La adicción al sexo es un problema no muy conocido en Ecuador , País Canela es un centro de ayuda para personas con este problema , hay que tomar conciencia , ya que el sexo no es un juego .
ResponderEliminarANDY CHÁVEZ
Muy cierto Andy una muy buena tesis y tiene toda la razon eso solo nos lleva a tener problemas.
ResponderEliminarJoseph Brown